La prevalencia de la insuficiencia cardiaca (IC), un síndrome clínico común a diferentes etiologías en la que el corazón deja de bombear sangre rica en oxígeno al resto del cuerpo de forma eficiente, no deja de aumentar en los últimos años, en parte debido al envejecimiento de la población. A pesar de que algunas intervenciones farmacológicas han contribuido a mejorar la evolución de la enfermedad la mortalidad sigue siendo elevada. 

Es un fallo, el cardiaco crónico, que afecta al estado nutricional de los pacientes, que a su vez afecta a la evolución natural de la enfermedad. Es un círculo vicioso.

La desnutrición promueve la inflamación, que tiene un efecto deletéreo en el remodelado cardiaco. El empeoramiento del fallo cardiaco ocasiona una pérdida de peso y de masa muscular. Incluso en fases avanzadas de la IC se produce una malabsorción de nutrientes debida a la congestión hepática y esplácnica, que provoca una mayor desnutrición y acaba por desembocar en la caquexia cardiaca que padecen el 15% de los pacientes.

Se calcula que hasta un 25% de los pacientes ingresados por IC están desnutridos y que su pronóstico en cuanto a mortalidad y reingresos es peor que en el resto de pacientes, con el consiguiente incremento sobre los costes directos que eso supone.

Así, la desnutrición se ha postulado como un factor predictivo independiente para mortalidad tanto en el ámbito hospitalario como en el ámbito ambulatorio. En el resto de las variables ocurre lo mismo: un paciente desnutrido según la escala MNA (Mini Nutritional Assessment) y hospitalizado por IC tiene un riesgo de morir casi cuatro veces mayor que otro que presente un adecuado estado nutricional. Estos hallazgos resaltan la relevancia de que el estado nutricional con el que el paciente afronta su enfermedad afecta a su evolución.

La desnutrición se relaciona con el pronóstico clínico de los pacientes con IC y un tratamiento dirigido a la optimización dietética, incluyendo la suplementación oral, se asocia a una disminución de la mortalidad y de la tasa de reingreso a largo plazo.