Ventajas y complicaciones del uso de una sonda nasogástrica

Los avances de la ciencia les han proporcionado a todas las personas una mejor calidad de vida. Por supuesto, la medicina es una de las áreas donde más se han notado esos aportes. 

Específicamente, en el área de la nutrición clínica las personas que se han beneficiado de estos avances no solo han mejorado su calidad de vida, sino que han extendido su esperanza de vida. 

Ejemplo de ello, ha sido el salto en la nutrición enteral por sonda nasogástrica de la atención hospitalaria a la atención domiciliaria. Sin embargo, casi siempre el cambio trae consigo ventajas y desventajas que debemos potenciar y/o minimizar para probar su eficacia y perdurabilidad. 

Complicaciones del uso de una sonda nasogástrica 

Oclusión de la sonda 

Es la obstrucción que se produce en el tubo que se introduce por la nariz y llega hasta el estómago del paciente, con el propósito de alimentarlo. Suele ser una complicación frecuente que obliga a su constante cambio. 

Recomendaciones: 

Para desobstruirla podemos retirar restos de nutrición que queden en la sonda aspirando con una jeringa vacía o con otros métodos como: 

• Introducir agua tibia a presión (de 3 a 5 ml). 

• Introducir refresco cola a presión (de 3 a 5 ml). 

• Consultar a un especialista. 

Vómitos o náuseas 

Suele ocurrir porque la sonda no está bien colocada, por el uso de una fórmula inadecuada o porque la administración de la alimentación se realiza con un volumen excesivo. 

En estos casos la alimentación se puede detener por un periodo de 1 a 2 horas, si se trata de administración continua. 

Si la administración se suele realizar de manera fraccionada, se suspende su administración hasta su próxima toma y se procede a reiniciar progresivamente a un tercio de la velocidad habitual. 

Recomendaciones: 

Recuerde comprobar que la posición de la persona que recibe la administración debe ser adecuada. 

En los casos en que los métodos anteriores no funcionen, detenga la alimentación totalmente. 

Diarrea 

Puede aparecer tras una administración muy rápida de la alimentación. Porque la fórmula está muy fría o por la contaminación de la misma. 

Recomendaciones: 

Asegúrate que la temperatura y la velocidad de infusión sean correctas. 

Extracción accidental de la sonda 

Ocurre por una mala manipulación del tubo. 

Recomendaciones: 

Reintroducir la sonda si estás entrenado para ello. En caso contrario solicita ayuda a un especialista. 

Irritación o ulceración de la nariz 

Ocurre por la presión o roce de la sonda.  

Recomendaciones:  

Debe movilizar periódicamente la sonda para que no presione sobre el mismo punto, curar la zona con desinfectante y agua tibia, secar bien y cambiar el esparadrapo cada día. 

Ventajas del uso de una sonda nasogástrica 

• Permite que las personas que lo necesiten obtengan los nutrientes necesarios. 

• Recuperación del estado general de las personas que la utilizan. 

• Posibilidades movilidad y portabilidad. 

• Incorporación a la rutina diaria con mayor facilidad. 

• Mejora la calidad de vida del paciente. 

Como has podido comprobar el uso de la sonda nasogástrica en la nutrición enteral es un gran avance de la medicina moderna. En la actualidad, muchas personas que hacen uso de ella han podido incorporarse paulatinamente a su vida rutinaria gracias a la extensión de su uso en la atención domiciliaria. 

Aun así, recuerda siempre seguir las indicaciones del personal sanitario. A continuación, te listamos algunas comprobaciones previas para la correcta colocación de la sonda. 

Comprobar la correcta colocación de la sonda midiendo el ph gástrico (recuerda siempre realizarlo en compañía de personal sanitario especializado) 

1- Lavarse las manos. 

2- Quitar el tapón de la sonda y colocar una jeringa de 5-10 ml. 

3- Aspirar una pequeña cantidad de jugo gástrico. 

4- Retirar la jeringa y colocar el tapón. 

5- Comprobar el ph del jugo gástrico con una tira colorimétrica. Si la sonda está en estómago, el ph será < 5.5 (esto no es válido si el paciente toma inhibidores de la secreción ácida). 

6- No introducir de nuevo el jugo gástrico.