Tablas de ejercicios para pacientes renales

Vamos a mostrar algunas series de ejercicios recomendados para pacientes frágiles que, con una debida orientación, supervisión e individualización, pueden ser prescritos para pacientes ERCA, diálisis en sus modalidades (los pacientes en diálisis peritoneal deben realizar la actividad física en seco, para evitar la aparición de hernias abdominales y la incomodidad que pudiese producir el dializado) o trasplantados. 

Los programas de ejercicio para poblaciones especiales suelen ir orientados a la mejora de la resistencia cardiovascular, al aumento de masa muscular y fuerza, a mejoras de la potencia y capacidad funcional, a aumentar la flexibilidad y conseguir un mayor equilibrio, evitando así caídas y aumentando la independencia de cada paciente. Siempre, y antes de iniciar programas de actividad física, los pacientes renales deberían ser evaluados previamente por el personal sanitario competente, buscando identificar patologías que contraindiquen o requieran un ajuste en la indicación de actividad física (cardiopatía isquémica, angina inestable, alteraciones de la conductibilidad cardiaca, disfunción endotelial con hipotensiones ortostáticas), además de identificar las limitaciones físicas o psíquicas de cada paciente, para poder prescribir planes de ejercicios individualizados¹.

Existen múltiples estudios de programas de ejercicio en pacientes renales incluidos programas de hemodiálisis, que muestran mejoría de las capacidades funcionales a nivel global. Y, aunque algunos de ellos no han sido estadísticamente significativos, parece lógico pensar que a mayor fuerza global, menor dependencia y mayor calidad de vida relacionada con la salud. Una revisión realizada en 2013 por la Dra. Eva Segura-Ortí, del Departamento de Fisioterapia de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia, da cuenta de los artículos publicados en la literatura y sus conclusiones al respecto ². 

Tomadas estas medidas, pasaremos a describir tablas especiales para pacientes frágiles, que podrían ser utilizadas en un programa de ejercicios para pacientes renales. Cabe acotar que aquellos pacientes autónomos con buena calidad de vida, y sin limitaciones por patologías asociadas, podrán realizar la actividad física que toleren. Lo importante siempre será mantener el movimiento. 

1. Información 

El paciente debe ser orientado por su nefrólogo sobre los programas de ejercicio existentes y viables para su caso o, en su defecto, evaluado clínicamente para identificar patologías incompatibles con una actividad física exhaustiva. 

2. Valoración 

Los pacientes que no presenten una contraindicación clínica para iniciar un programa de ejercicios (algunos pacientes presentan impedimentos físicos, amputaciones, FAV muy desarrolladas, desplazamiento en sillas de rueda… que no representan contraindicaciones absolutas, solo precisan adecuar los programas de ejercicios a sus necesidades y posibilidades) deberán ser evaluados desde el punto de vista funcional, utilizando para ellos los test de capacidad funcional (6MWT, STS  u otros disponibles, Alcance funcional, cuestionarios de calidad de vida relacionada con la salud, bioimpedancia, medidas antropométricas, entre otras, para conocer su estado basal. 

Bibliografía

1.- Álvaro Casas Herrero, Eduardo L. Cadore, Nicolás Martínez Velilla, Mikel Izquierdo Redin, El ejercicio físico en el anciano frágil: una actualización, Revista Española de Geriatría y Gerontología, Volume 50, Issue 2, 2015, Pages 74-81 

2.- E. Segura-Ortí, Ejercicio en pacientes en hemodiálisis: revisión sistemática de la literatura. Nefrología 2010;30(2): 236-46