¿Qué edulcorantes sin calorías debes consumir si tienes diabetes?

Debemos conocer que en la era que nos ocupa, no sólo tomamos azúcar como el que echamos al café o el que utilizamos para hacer postres dulces como bizcochos u otros, sino que en la actualidad, la industria alimentaria utiliza azúcares como ingredientes de alimentos que nunca hubiéramos imaginado tales como salsas de tomate, sopas instantáneas, salsas de aliño, embutidos, entre otros.

Estos azúcares “escondidos” han contribuido a que nuestro paladar esté más acostumbrado al sabor dulce, y por tanto, necesitemos endulzar cada vez más lo que nos comemos.  

Por ello cabe recalcar que lo importante sería volver a entrenar nuestro paladar a readaptarse a los sabores naturales de los alimentos, sin azúcares extras que no sean propios del alimento (como ocurre en muchos productos procesados). 

Así pues, a parte de evitar tomar productos procesados ricos en estos azúcares escondidos, otra estrategia sería eliminar el azúcar extra que sí depende de nosotros. Por ejemplo, si estamos acostumbrados a echarle 3 cucharadas a nuestro café de las mañanas, el primer paso sería bajar a dos cucharadas para que nuestro paladar se acostumbre a un sabor menos dulce, y posteriormente bajaríamos a una y finalmente, ninguna, de manera progresiva.   

Aún así, si no conseguimos tomar algunos alimentos sin ningún endulzante, debemos saber que hay diferentes tipos de edulcorantes artificiales, sin calorías o con menos calorías que el azúcar común, cada uno con características distintas.  

Aquí te exponemos los edulcorantes más comunes y aprobados por la Unión Europea a partir del 20 de Enero de 2009 y que son reevaluados en conformidad con el Reglamento CE 257/2010. Todos estos son considerados seguros para el consumo humano.  

Es importante conocer que la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) determina una Ingesta Diaria Admisible (IDA) para cada edulcorante bajo en calorías, es decir, la cantidad que puede consumirse diariamente con seguridad a lo largo de la vida de una persona sin tener consecuencias negativas para la salud. 

EDULCORANTES ARTIFICIALES QUE NO APORTAN CALORÍAS 

Los más comunes son:  

* Aporta calorías pero su valor es mínimo, por lo que suele considerarse no calórico. 

**Componente dulce de la planta Stevia.  

Todos ellos proporcionan un sabor dulce entre 15 y 600 veces más que el azúcar común (sacarosa). No elevan la glucosa en sangre (glucemia), por tanto, podrían ser utilizados dentro de un plan dietético saludable y equilibrado, consumiéndolos con moderación para no alcanzar la IDA de cada uno, aunque debido al poder endulzante tan elevado que tienen, se prevé que esto sea imposible, debido a la poca cantidad que necesitamos de cada uno para alcanzar el sabor dulce que deseamos.  

EDULCORANTES ARTIFICIALES BAJOS EN CALORÍAS. AZÚCARES POLIALCOHOLES 

Aquí encontramos los edulcorantes calóricos (azúcares polialcoholes) que son alcoholes derivados del azúcar. Pueden presentarse de manera natural en algunos alimentos.  

Por lo general, su absorción en sangre es menor, el organismo no puede metabolizarlos plenamente y, en consecuencia, aportan menos calorías y elevan menos la glucemia que el azúcar común.  

El límite de cantidad que debemos consumir está relacionado con los efectos secundarios gastrointestinales que pueden provocar (hinchazón, diarrea, flatulencia, etc.) si los consumimos en grandes cantidades. Es decir, cuidado con tomar muchos alimentos con este tipo de edulcorantes o tomarlos añadidos al café o a postres que elaboremos porque podría provocarnos diarrea.  

¿Entonces, cuál es mejor? 

Tomar cualquiera de estos edulcorantes (ya sean los que no aportan calorías o los que aportan pocas) en sustitución del azúcar común puede resultar beneficioso para una persona con diabetes, por su nulo o menor aporte calórico, pudiendo contribuir a la disminución de peso, y además, por su menor implicación con el aumento de glucemia. No obstante, la recomendación siempre será intentar disminuir su consumo para conseguir adaptarnos al sabor propio de los alimentos y ¡reeducar nuestro paladar!.