Parálisis cerebral infantil: ¿Qué es? ¿Cuáles son los síntomas?

La parálisis cerebral infantil es la causa más frecuente de discapacidad en la edad pediátrica. Dentro de este cuadro se incluyen un grupo de síndromes, que no progresan en el tiempo, es decir, que no son evolutivos y que cursan con alteraciones posturales, del movimiento y de la actividad en general.  

Además, se acompañan de otras comorbilidades como trastornos sensoriales, cognitivos, comunicativos, de la conducta, epilepsia, y posibles trastornos de la alimentación y/o de la nutrición. 

Los pacientes con parálisis cerebral infantil, presentan habitualmente los síntomas desde el nacimiento, por lo que desde edades tempranas podemos comenzar a optimizar el tratamiento, tanto neurológico como nutricional, y mantener el seguimiento que necesiten. 

Dentro de las parálisis cerebrales existen varios tipos (espástica, discinética, atáxica…) y en ocasiones, hasta los 3-4 años no será posible definirlo. Es por esto, que resulta fundamental el seguimiento en una unidad multidisciplinar de forma precoz.  

Los síntomas, como el aumento o disminución del tono muscular general o de una parte del cuerpo, o los trastornos del movimiento, pueden pasar desapercibidos las primeras semanas o meses de vida…No obstante, a pesar de ser un trastorno que se mantiene estático en el tiempo, los signos se hacen más evidentes conforme avanza el desarrollo del niño.  

Habitualmente hay una causa conocida detrás del cuadro, que nos va a llevar a sospechar esta patología de forma precoz y ofrecer, en la medida de lo posible, el mejor tratamiento para mejorar la calidad de vida del paciente y de sus familias.  

Asumir una parálisis cerebral infantil supone un reto constante, tanto para el profesional como para las familias, que se enfrentan a complicaciones diarias. Rutinas tan simples como la comida, el baño o el sueño, suponen un sobreesfuerzo para intentar llevar a cabo una vida lo más normal posible.  

Es necesaria, una implicación activa de los distintos profesionales que van a abordar las posibles complicaciones que se asocian a este cuadro. Es esencial que el paciente, familia y cuidadores en todo caso, se sientan apoyados en todo momento,  y que se facilite una asistencia integral, tanto en el hospital como en domicilio.