Náuseas y vómitos en el paciente renal

Una de las cuestiones más demandadas por nuestros pacientes es la presencia de náuseas y/o vómitos en su vida diaria. Un síntoma que resulta muy desagradable e incapacitante para que puedan llevar una vida activa. La frecuencia resulta variable, pero se estima que entre un 10-50% los padecen. 

El origen de estos síntomas puede proceder del acúmulo de productos tóxicos que se acumulan en el organismo en los grados más avanzados de la insuficiencia renal, o en aquellos pacientes que se encuentran en terapia renal sustitutiva y no consiguen realizar un adecuado tratamiento. También una mala alimentación y el consumo de alimentos de difícil digestión puede ser responsable. O enfermedades que retrasen la digestión como la ya referida diabetes o que produzcan alteraciones de la motilidad gastrointestinal, como el reflujo gastroesofágico, pueden ser responsables. 

Especialmente importante y frecuente es este síntoma en las personas que reciben un tratamiento de hemodiálisis. Su aparición durante la sesión provoca una importante merma en la calidad del tratamiento recibido ya que genera gran malestar en el paciente. En muchas ocasiones su aparición está relacionada con ingestas abundantes antes del tratamiento o el acúmulo excesivo de peso, que obligan a precisar una retirada importante de líquido que puede no ser bien tolerada. Por ello, es de vital importancia e insistimos constantemente, en que no se debe ganar demasiado peso entre sesiones de diálisis para asegurar favorecer que el tratamiento sea menos agresivo y mejor tolerado. 

Al igual que ocurre con el resto de síntomas que hemos ido comentando, fármacos comúnmente empleados en la enfermedad renal pueden ocasionar el vómito. Por su frecuencia, debemos destacar los relacionados con el metabolismo óseo-mineral y que tan importantes son como se comentó el artículo del estreñimiento. Los quelantes del fósforo y, en menor medida, los calcimiméticos pueden producirlo. Existen varios medicamentos para este trastorno por lo que en caso de no tolerar el medicamento se debe comentar al nefrólogo para buscar otras alternativas. 

Por último, es importante saber que existen los denominados antieméticos, tratamientos que alivian este síntoma y cuyo uso en las personas con enfermedad renal es posible, aunque con algunas restricciones en cuanto a la dosis que se debe tomar y que debe ser consultada al especialista previamente.