El tratamiento renal sustitutivo, ¿es doloroso?
25 Feb 2021
Castellón
Dr. Javier Reque
Médico especialista en nefrología en el Hospital General de Castellón.
Existen dos modalidades fundamentales de tratamiento renal sustitutivo:
-La hemodiálisis
-La diálisis peritoneal.
En la HEMODIÁLISIS la sangre se extrae del cuerpo para depurarla y eliminar el exceso de líquido con ayuda del monitor de hemodiálisis. Para poder extraer la sangre se necesita lo que los nefrólogos denominamos ACCESO VASCULAR. Hay dos modalidades de acceso vascular:
-Fístula arteriovenosa.
-Catéter venoso central
En el primer caso tras una pequeña intervención quirúrgica tendrás una zona en su brazo por la que la sangre pasa con fuerza, lo puedes notar al tacto. Es ahí donde te colocarán las dos agujas a través de las que se canalizará la sangre hacia el monitor y desde el mismo de vuelta a tu cuerpo, ya depurada.
El momento del pinchazo inicialmente puede ser, sin embargo, y aunque es muy importante que se vayan rotando los lugares de punción, llega un momento en que la piel se hace más gruesa y el pinchazo apenas duele. Además, existen cremas anestésicas que se pueden aplicar un rato antes de la punción consiguiendo anestesiar la zona para minimizar la molestia.
La conexión al catéter venoso central no es dolorosa.
Durante la sesión de hemodiálisis puedes notar en ocasiones dolor de cabeza, sensación de mareo o incluso dolor abdominal. Si esto ocurre avisa inmediatamente al personal sanitario para que te proporcionen medidas de alivio y adapten la sesión de hemodiálisis a tus necesidades para que esto no vuelva a ocurrir.
Para evitar estos episodios es fundamental el adecuado cumplimiento de las restricciones relativas al consumo de sal y líquido, ya que se suelen producir cuando la cantidad de líquido que se pretende eliminar durante la sesión de hemodiálisis es demasiada. También es necesario un control adecuado del azúcar en sangre a través de las medidas de dieta, ejercicio y tratamiento recomendado por tu equipo de nefrología.
En el caso de la DIALISIS PERITONEAL no hay acceso a la sangre. Es la cavidad peritoneal la que se rellena y se vacía de un líquido especial para que el intercambio se haga a través del propio peritoneo del paciente. Para ello se realiza una pequeña intervención quirúrgica colocando un catéter que se lleva cerca del ombligo. Una vez remiten las pequeñas molestias del postoperatorio inmediato (una semana aproximadamente), el catéter no ha de doler en ningún momento. En caso de tener dolor en la zona del catéter o dolor en el abdomen ha de consultar inmediatamente a su equipo de nefrología, pues no debería suceder.
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