Una estrategia muy utilizada en la actualidad y avalada por diferentes sociedades científicas (American Diabetes Association® o Harvard Medical School, por ejemplo) es la de comer siguiendo la “fórmula” del Método del Plato.

Se trata de un método visual, muy sencillo, que te ayuda a controlar el tamaño de las porciones en comida y en cena evitando sin tener que contar calorías o raciones de hidratos de carbono cada vez que vayas a comer (¡que no son pocas!).

¡Empecemos!

Lo único que necesitamos es el plato de toda la vida, de 23 cm de diámetro. A partir de aquí, debemos dividir el plato en 3 partes como ves a continuación:

¿Y ahora qué?

Este método fomenta el incremento del consumo de vegetales, por tanto, en la mitad del plato colocaremos nuestras verduras y hortalizas, ya sean frescas o cocinadas.

Las otras dos partes quedan reservadas: una para los alimentos ricos en proteínas (carnes, pescados, huevos, lácteos y derivados) y la otra para los alimentos ricos en hidratos de carbono como pasta, arroz, pan u otros cereales, patata o legumbres, siempre mejor si son integrales. Verás que el plato no incluye azúcares de absorción rápida, ya que pueden empeorar el control glucémico y, en definitiva, son más perjudiciales para nuestra salud.

Además, ¿qué otras cosas hay que tener en cuenta?

Se debe priorizar el aceite de oliva para cocinar y aliñar frente a otros tipos de grasas, escoger productos integrales preferiblemente a las harinas blancas, y frutas como opción de postre, además de agua como bebida habitual, evitando refrescos azucarados, zumos, alcohol, etc.

No debemos olvidar tampoco que es preferible optar por carnes y pescados frescos, evitando todo tipo de productos ultraprocesados, precocinados o embutidos, ricos en grasas trans que pueden ser perjudiciales para nuestro organismo.

Aquí tienes un ejemplo real del método del plato, ¡para que no quede ninguna duda!:

Este método invita a comer menor cantidad de carbohidratos y a comer más verdura y alimentos ricos en fibra, vitaminas y minerales, lo que te ayudará a comer equilibradamente, mantener un peso saludable y, en caso de que tengas diabetes, a controlar los niveles de glucemia de manera sencilla.

Por último, no hay que olvidar que aunque este método es una forma fácil de preparar una comida o cena sin necesidad de tener que pesar alimentos, no todas las personas con diabetes pueden seguir las mismas recomendaciones ya que variarán en función de si practican deporte o no, el tipo y la intensidad, si tienen alguna patología asociada, si se trata de una mujer embarazada…, por lo que se deberán modificar las raciones en función de lo que el médico o el dietista nutricionista especializado te recomiende.