¿Cuáles son los signos y síntomas de la disfagia en el Alzhéimer?

La demencia condiciona la nutrición de las personas que la padecen desde el principio. Produce pérdida de apetito, pérdida de peso, apraxias para la ingesta y disfagia. Cada fase evolutiva exige estrategias diferentes que deben comenzar por la sensibilización, el conocimiento del problema y su detección temprana.

En la demencia la disfagia se presenta habitualmente en fases avanzadas y con frecuencia cuando el paciente ya está institucionalizado. A veces es muy fácil detectar que existe dificultad para tragar, a veces esta dificultad es verbalizada pero no es lo habitual. En la mayor parte de casos esto no es lo que sucede y la disfagia pasa desapercibida. Por eso, y las graves consecuencias que puede acarrear, es muy importante estar alerta ante las pequeñas señales que puedan indicar que existe la disfagia para poder actuar y evitar las complicaciones.  

Estas señales son: 

• Presencia de tos o carraspeo frecuente después de comer o beber. 
• Cambios en la calidad de la voz (voz gangosa, ronquera, etc). 
• Dificultades respiratorias o en el habla después de tragar.(“sofocos” mientras come). 
• Caída de los alimentos de la boca, babeo. 
• Residuos en la boca o en la faringe que hacen que tenga que tragar varias veces. 
• Dolor al tragar. 
• Atragantamientos frecuentes. 
• Fiebre sin causa aparente. 
• Pérdida de peso. 
• Infecciones respiratorias. 
• Come más despacio (pueden tardar en comer de 30 a 45 minutos). 
• Fobia a comer y falta de apetito por miedo a atragantarse. Rechaza alimentos que antes comía sin problemas. 
• Rechazo a beber agua.

La existencia de cualquiera de estos  síntomas debe ponernos en alerta y hacernos sospechar que nuestro familiar tiene dificultades para tragar. Tras averiguar si la sospecha es correcta, se evaluar la tolerancia del paciente mediante el test de volumen/viscosidad, usar estrategias ambientales y posturales en la alimentación y modificar las texturas de la dieta.  

La dieta adaptada se debe basar en la alimentación tradicional. Se puede combinarse con preparados comerciales y suplementos nutricionales para conseguir una dieta variada que logre aumentar la satisfacción de pacientes, cuidadores y familia. Las sondas de alimentación no han demostrado beneficios en la alimentación de los pacientes con demencia avanzada. Por todo ello, es la alimentación oral asistida la forma más natural y adecuada en este tipo de pacientes, respetando su voluntad previamente expresada.