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Aprendiendo más sobre la prueba MECV-V

29 Nov 2021
Málaga

Dra. María del Rosario Vallejo Mora

Especialista en endocrinología y nutrición. Hospital Regional Universitario de Málaga.

El MECV-V es el Método de Exploración Clínica Volumen y Viscosidad y se trata de una herramienta que se utiliza para valorar si una persona tiene problemas al tragar líquidos y/o sólidos por vía oral. A la dificultad para tragar o comer por vía oral se le llama disfagia

La disfagia no es una enfermedad es un síntoma que aparece en diferentes enfermedades. Se puede clasificar según la zona afectada del tubo digestivo en: 

  • DISFAGIA OROFARÍNGEA (DO): cuando afecta a la cavidad oral o faringe. Son las más frecuentes (80% de los casos).

  • DISGAGIA ESOFÁGICA: cuando afecta al esófago que impide el paso del alimento desde la boca hasta el estómago (20%). 

A su vez ambos tipos de disfagia, según la causa, pueden clasificarse en:  

  • ESTRUCTURALES: situaciones en las que se produce un estrechamiento (estenosis) que dificulta/impide el paso del alimento a través del tubo digestivo en algún lugar desde la boca hasta el estómago (ejemplo: cáncer de cabeza o cuello, de faringe o esófago, efecto secundario de radioterapia oral, etc.). 

  • FUNCIONALES: existe alteración de los músculos/órganos que intervienen en el mecanismo normal de la deglución (ingesta) (ejemplo: lengua, faringe etc.), ejemplos: algunas enfermedades neurológicas.

En el siguiente documento vamos a centrarnos en la disfagia orofaríngea funcional que es la más frecuente y suele afectar principalmente a los líquidos. suele aparecer ligada a enfermedades neurológicas, que a su vez pueden ser: 

  • Enfermedades neurológicas AGUDAS (aparición súbita) tales como por ejemplo en un ictus agudo cerebral o tras un traumatismo craneal agudo, situaciones en las que es necesario evaluar la disfagia tras este evento agudo antes de iniciar de nuevo la ingesta oral, y para ello se utiliza el MECV-V. A su vez la disfagia tras ictus agudo suele tratarse de una disfagia transitoria (tienden a mejorar o solucionarse con el tiempo).  

  • Enfermedades neurológicas CRÓNICAS tales como demencia (Alzheimer), Parkinson, ELA, EM (Esclerosis Múltiple), o bien relacionada con el aumento de la edad (se conoce como presbifagia) etc.  En estos casos la disfagia tiende a progresar. 

Así, el MECV-V suele indicarse en aquellas personas que presentan dificultad con la toma de alimentos sólidos y/o líquidos por vía oral, así como problemas para tomar pastillas, antecedentes de infecciones respiratorias de repetición o presencia de fiebre sin causa conocida o bien esté presentes otros signos que nos hagan sospechar la presencia de DO (Tabla 1).  Destacar que la tos es el signo típico de la DO porque actúa como mecanismo de defensa ante una alteración de la deglución para evitar la aspiración, no obstante a veces la tos no se produce (es lo que se conoce como disfagia silente). 

Para obtener dicha información del paciente es necesario realizar una historia clínica, así como ayudarnos de un cuestionario de 10 preguntas (llamado EAT-10, Eating Assessment Tool-10), en el que el paciente debe contestar cada pregunta del 0 al 4 (0: normal, 4 alteración), de manera que si la puntuación obtenida es ≥ 3 existe riesgo de disfagia y habrá que realizar el MECV-V.       

Tabla 1: Síntomas o signos que nos alertan de disfagia orofaríngea
  • Dificultad para el manejo del bolo.  
  • Dificultad para manejar la saliva (babeo). 
  • Residuos de alimentos en la lengua, paladar, etc.  
  • Salida del alimento fuera de la boca, mientras se mastica. 
  • Tos y atragantamiento durante la comida.  
  • Cambios de voz mientras come. 
  • Episodios previos de infecciones respiratorias.  
  • Sensación de comida atascada en la garganta. 
  • Degluciones repetidas.  
  • Carraspeo o salida de alimento por la nariz mientras se está comiendo. 
  • Cambios en los hábitos alimentarios, pérdida de peso no intencionada.

Hay que conocer que la importancia de detectar la disfagia orofaríngea es que se trata de un síntoma muy frecuente, que es diagnosticable y tratable, como veremos más adelante. 

Referencias: 

1.Velasco MM, Arreola V, Clave P, Puiggrós C. Abordaje nutricional de la disfagia orofaríngea: diagnóstico y tratamiento. Nutrición Clínica en Medicina. 2007; 1(3): 174-202.  

2. Clavé P, Arrevola V, Romea M, et al. Accuracy of the volumen-viscosity swallow test for clinical screening of oropharingeal dyspahagia and aspiration. Clin Nutr 2008; 27(6): 806-15. 

3.Clavé Civit P, Arreola García V, Velasco Zarzuelo M, Quer Agustí M. Fisiopatología de la disfagia orofaríngea. Causas y epidemiología. En: Clavé Civit P, García Peris P (eds.). Guía de diagnóstico y de tratamiento nutricional y rehabilitador de la disfagia orofaríngea. Barcelona: Editorial Glosa, 2015: 19-30. 

4. Burgos R, Breton I, Cereda E, et al. ESPEN guideline clinical nutrition in neurology. Clinical Nutrition. 2017: 1-43. 

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