¿Por qué es tan importante una buena higiene oral en el paciente con disfagia?  

La disfagia es un trastorno de la deglución que dificulta la ingesta tanto de alimentos sólidos como líquidos de una manera segura y eficaz. Puede presentarse en cualquier franja de edad desde el nacimiento hasta la tercera edad. Son muchos los que la padecen como pacientes con esclerosis lateral amiotrófica, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson, accidentes cerebrovasculares, cáncer de cabeza cuello, ancianos, prematuros, etc. Las consecuencias de padecerla son la deshidratación, la desnutrición y las complicaciones respiratorias como infecciones y neumonías aspirativas derivadas de penetraciones y/o aspiraciones, llegando a ser muy graves y produciendo la muerte.  

El riesgo de complicaciones respiratorias aumenta cuando el paciente con disfagia presenta alteración de la seguridad en la deglución, fragilidad, malnutrición, disminución de la efectividad del sistema inmune, comorbilidades asociadas y una inadecuada higiene oral. 

La orofaringe es un depósito y fuente de microorganismos que pueden ser responsables de neumonías aspirativas; dado que se han encontrado bacterias orales en los pulmones de pacientes que la padecían. Cuando un paciente con higiene oral deficitaria presenta un atragantamiento con un alimento sólido, líquido o incluso, con su propia saliva y esta pasa al pulmón puede producir una neumonía aspirativa que perjudique gravemente su salud.  Es por ello, que en los casos en los que la alimentación sea a través de sonda o PEG la higiene oral debe seguir realizándose diariamente.  

La existencia de placa bacteriana e infecciones en la cavidad oral como caries, gingivitis y enfermedades periodontales, edad avanzada, desnutrición, deshidratación, tabaquismo, exceso o defecto de salivación, uso de antibioterapia y ser portador de sonda nasogástrica favorecen el desarrollo y la colonización de la orofaringe por gérmenes patógenos.  

Algunos de los microorganismos más comunes asociados a la neumonía aspirativa son las pseudomonas aeruginosa, el staphylococcus aureus, el streptococcus pneumoniae y haemophilus influenzae. 

Son muchos los hábitos y factores ambientales, sociales, culturales, educativos y económicos que influyen para mantener en estado óptimo la salud de nuestra boca como consumo de azúcares y tipo de dieta, hábito tabáquico, falta de calcio y micronutrientes, bajo nivel de instrucción en el método, frecuencia y tiempo de cepillado, falta de tradiciones y rutina que fomenten la salud bucodental, etc.  

El paciente con disfagia debe maximizar los cuidados de los dientes, encías, lengua, paladar y toda la mucosa para evitar la proliferación y colonización de estos microorganismos nocivos y realizar visitas periódicas a su odontólogo e higienista dental para mantener una adecuada salud oral.