Hidratación, la clave para un envejecimiento saludable
15 Jul 2021
Tenerife
Dra. Beatriz Gandal
Médico Especialista en Geriatría en el HUNS de Candelaria en Tenerife.
El agua desempeña un papel fundamental en el óptimo funcionamiento de los órganos y sistemas del cuerpo humano, siendo especialmente crucial para las personas de edad avanzada. Este líquido vital es el componente más predominante de nuestro organismo, si bien su proporción varía según la edad y el sexo. A medida que envejecemos, su presencia tiende a disminuir, aunque aún representa aproximadamente el 60% del peso corporal en hombres y el 50% en mujeres.
Se puede vivir años, con una alimentación incorrecta, pero la deshidratación puede llevar a la muerte en una semana. Un aporte ligeramente insuficiente de fluidos perjudica la salud, la capacidad funcional y la calidad de vida.
Como regla general, se considera necesario unos 30-35 ml/kg/día de agua. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA en sus siglas en inglés) ha estimado que la ingesta diaria de líquidos debe ser de 2,5 litros para hombres y de 2 litros para mujeres. Teniendo en cuenta que los alimentos aportarían el 20 % del agua, habría que completar con 1.5-2 litros de agua u otras bebidas al día.
No obstante, no se puede olvidar que los requerimientos individuales de agua varían de manera importante en base al estilo de vida, la edad, la época del año o la coexistencia de enfermedades, por lo que es necesario que la hidratación se realice de forma personalizada. Las altas temperaturas, la práctica de ejercicio físico o ciertas enfermedades hacen que aumenten los requerimientos hídricos.
Según un estudio, en España solo un 20% de los hombres y un 0,3% de las mujeres conocían el consumo adecuado de líquidos, y solo el 8,4% conocía, y a la vez seguía, las recomendaciones.
La deshidratación hace referencia a un proceso fisiológico por el cual el organismo experimenta un déficit agudo de agua corporal por un desequilibrio entre la ingesta y la pérdida de líquidos. La evidencia científica demuestra que alrededor del 20-30% de las personas de edad avanzada padece deshidratación y es un motivo frecuente de ingreso hospitalario.
Factores que contribuyen a la deshidratación entre los ancianos
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Disminución de la proporción de agua en el organismo. Incluso con perder pequeñas cantidades de agua, como a través del sudor en los días de calor, puede aparecer la deshidratación.
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Cambios fisiológicos de la edad. Como la disminución de la sensación de sed, ya que a los riñones les cuesta más filtrar el agua y al organismo le cuesta más mantener un adecuado balance hídrico.
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Enfermedades como la insuficiencia cardiaca o la enfermedad renal crónica que tanto por sí mismas como por los medicamentos de sus tratamientos, afectan en gran medida a las necesidades de líquidos.
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Condiciones ambientales (calor y humedad).
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Consumo de alcohol, de ciertos medicamentos.
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Realización de ejercicio físico que aumenta la pérdida de líquidos y pueden favorecer la deshidratación.
Recomendaciones
Mantener un adecuado nivel de hidratación es importante para el correcto funcionamiento del cuerpo humano en especial la tensión arterial, la temperatura corporal y la digestión. Además, existen cada vez más pruebas de que la deshidratación, incluso en sus formas más leves influye en el desarrollo de distintas afecciones que afectan prácticamente a todos los órganos: estreñimiento, alteración de las funciones cognitivas, caídas, hipotensión ortostática, disfunción de las glándulas salivales, mal control glucémico, aumento de la temperatura corporal, aumento en la frecuencia de infecciones de orina.
Conclusión
el éxito de un envejecimiento saludable está en una adecuada hidratación. Es fundamental evitar las repercusiones negativas sobre la salud que tiene la deshidratación.
Bibliografía
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