Ejercicio físico y diabetes: claves a tener en cuenta
29 Abr 2021
Alcañiz
Dra. Guayente Verdes Sanz
Médico especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Comarcal de Alcañiz .
El ejercicio físico constituye una parte importante del tratamiento de la diabetes ya que mejora el control de la glucemia, la sensibilidad a la insulina y la fuerza muscular, reduce los factores de riesgo cardiovascular y la mortalidad global, y favorece el bienestar.
La mayoría de adultos diabéticos deben realizar 150 minutos semanales o más de actividad física aeróbica de moderada a intensa, distribuida en al menos 3 días a la semana, sin que transcurran más de 2 días consecutivos sin realizar ninguna actividad física. Las tandas de actividad aeróbica deberían prolongarse al menos 10 minutos, con un objetivo de unos 30 minutos al día o más, la mayoría de días de la semana.
Además, se recomienda realizar 2 ó 3 sesiones semanales de ejercicios de resistencia (con pesas o aparatos) en días no consecutivos. Cada sesión debe incluir como mínimo, una ronda (una serie de ejercicios repetitivos consecutivos) de 5 ó más ejercicios de resistencia diferentes que involucren los grandes grupos musculares. Esto es especialmente importante en los pacientes con desnutrición para evitar la pérdida y favorecer el mantenimiento de la masa muscular.
Se debe disminuir el sedentarismo (estar sentado frente a un ordenador, ver la TV, etc.). Los lapsos prolongados en posición sentada se deben interrumpir cada 30 minutos para conseguir beneficios sobre la glucosa.
Se recomienda realizar ejercicios de flexibilidad y equilibrio 2-3 veces a la semana para adultos mayores con diabetes, pudiendo incluir yoga y taichí según las preferencias individuales para aumentar la flexibilidad, la fuerza muscular y el equilibrio.
Los individuos de alto riesgo cardiovascular deben comenzar con periodos breves de ejercicio de baja intensidad y aumentar lentamente la duración y la intensidad, según su tolerancia.
También se deben tener en cuenta la edad del paciente y su nivel previo de actividad física ya que determinadas condiciones pueden contraindicar ciertos tipos de ejercicio o predisponer a sufrir lesiones:
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En pacientes con grados avanzados de retinopatía, el ejercicio aeróbico intenso o el de resistencia pueden aumentar el riesgo de hemorragia vítrea o desprendimiento de retina.
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En pacientes con disminución de la sensación de dolor (neuropatía periférica), es muy importante usar calzado adecuado y examinar los pies diariamente, ya que en caso de lesiones o heridas abiertas en los pies, no se pueden practicar actividades que impliquen cargar peso.
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En pacientes con neuropatía autonómica es necesario realizar un examen para detectar problemas cardiacos antes de comenzar una actividad física más intensa que la acostumbrada.
En individuos que reciben insulina o hipoglucemiantes orales, la actividad física puede causar hipoglucemia si no se modifica la dosis de medicación, por lo que estos sujetos pueden requerir la ingesta de carbohidratos adicionales si los niveles de glucosa antes del ejercicio son inferiores a 90 mg/dl o disminuir la dosis de insulina que se inyectan antes del ejercicio, según el momento del día en que realizan la actividad y la intensidad y duración de la misma.
También puede aparecer hipoglucemia después del ejercicio y prolongarse durante varias horas debido a una mayor sensibilidad a la insulina. Por otra parte, las actividades intensas pueden aumentar los niveles de glucemia en lugar de disminuirlos, sobre todo si los niveles previos al ejercicio están elevados. Debido a las diferentes respuestas glucémicas, es necesario controlar los niveles de glucosa antes y después del ejercicio.
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