Los hidratos de carbono y la diabetes
26 Mayo 2020
Madrid
Inmaculada Prior Sánchez
Endocrino, Complejo Hospitalario de Jaén.
De todos los nutrientes los hidratos de carbono son los que más influyen sobre los valores de glucosa en sangre, lo que ha dado pie a una creencia tradicional errónea de que la persona con diabetes debe evitar el consumo de HC y que no puede consumir pan, patatas, pasta o arroz, entre otros.
Los (HC) son el nutriente básico de la dieta recomendada en la población general, e igualmente, en la persona con diabetes, por lo que lo que sí es fundamental para las personas con diabetes es la educación y el conocimiento sobre los HC para que puedan adquirir un patrón dietético saludable.
De forma general se pueden distinguir dos tipos de hidratos de carbonos:
- Hidratos de carbono complejos o almidones: presentes en el arroz, la pasta, las legumbres, el pan, los cereales...
- Hidratos de carbono simples o azúcares: contenidos en la fruta (fructosa) lácteos (lactosa), azúcar blanco y moreno (sacarosa), miel, zumos…
A pesar de que formen parte del mismo grupo, no todos los hidratos de carbono son iguales. Los dulces, helados, la bollería, deberían evitarse, reservando su consumo solo para ocasiones especiales o en caso de hipoglucemia.
Una de las herramientas más útiles para que las personas puedan controlar la glucosa en sangre es el recuento de HC en forma de gramos o de raciones (una ración es la cantidad de alimento que contiene 10 g de HC). En pacientes con diabetes tipo 1 y en pacientes con bombas de infusión subcutánea continua de insulina (ICSI) este cálculo de raciones es especialmente importante porque en estos casos el ajuste de las dosis de insulina a las raciones de HC permite una alimentación más flexible y un mejor control.
En cambio en las personas con diabetes tipo 2 o ancianos más frágiles se recomienda una dieta con una ingesta de HC regular y más o menos constante en cada comida. Para ellos el método del plato puede ser una opción aconsejable.
El aporte de HC debe ser como mínimo de 130 g/día para garantizar un adecuado aporte de glucosa al cerebro sin entrar en cetosis y deben constituir el 45% del total de las calorías diarias para evitar una dieta excesivamente rica en grasa. Es preferible utilizar como fuente de HC: frutas, verduras, cereales integrales y lácteos, frente aquellos productos que conllevan un aporte añadido de sal, grasas o azúcares simples. Distintas sociedades científicas como la americana, la canadiense o la europea, estiman una flexibilidad en el porcentaje aconsejado de hidratos de carbono (HC) en la población diabética, que oscila de un 45 a un 60%, pero nunca inferior a los 130 g de HC. El uso de dietas con un contenido inferior de HC no aseguraría la cantidad mínima de vitaminas, minerales y fibra recomendados en la población general para el mantenimiento de un adecuado estado de salud.
A nivel general, las recomendaciones son las siguientes:
- Los HC deben proceder en su mayoría de alimentos ricos en fibra (como frutas, legumbres, hortalizas, cereales y lácteos).
- Tomar al menos tres piezas de fruta al día, preferentemente de temporada.
- Incorporar diariamente a la dieta cereales y derivados preferentemente integrales (pan, arroz, avena, pasta…).
- Ingerir legumbres entre dos y cuatro veces por semana. Las legumbres son alimentos ricos en proteínas vegetales, fibra y una gran variedad de micronutrientes. Además tienen un bajo índice glucémico.
- Consumir verduras y hortalizas al menos dos veces al día. Una de las tomas es preferible que sean crudas (ensaladas generalmente).
- Evitar los carbohidratos refinados y alimentos con azúcares añadidos, como precocinados, pastelería y bollería.
- En esta misma línea, evitar también, los zumos de frutas y los refrescos, tanto azucarados como edulcorados.
- Ingerir dos raciones diarias de lácteos (una ración equivale a un vaso de leche, dos yogures; 40-60 g de queso curado ó 80-125 g de queso fresco). En periodos de crecimiento y mujeres embarazadas, lactantes o menopáusicas es aconsejable, tomar una ración más.
- Se aconseja una dieta con una ingesta entre 25 y 30 gr de fibra. La fibra no soluble, presente sobre todo en frutas y verduras, disminuye los niveles de colesterol en sangre y la probabilidad de eventos cardiovasculares.
Un montón de recomendaciones nutricionales, artículos y consejos para cuidar de tus pacientes.
saber más